jueves, 21 de mayo de 2015

¿CÓMO ARRANCAN LOS ORDENADORES?

¿Alguna vez te has preguntado como arrancan los ordenadores?

Un poco de historia nos ayudará a aclarar esto un poco y un poco de lógica. Los primeros grandes ordenadores no eran más que uniones de cables, y válvulas de vacío, que eran los antecesores de los transistores.



De esta forma al arrancar el ordenador la corriente seguía por los diferentes componentes hasta llegar al final de la ejecución, y así no era difícil seguir el flujo de la ejecución. Con el paso del tiempo y la invención del transistor los ordenadores que ocupaban habitaciones enteras pasaron a ocupar la mitad de espacio y con la invención del chip la cosa se redujo hasta llegar a los ordenadores de sobremesa.

Estos ordenadores, si rastreamos el Spectrum, un Z80, respondía al cargo de energía con la ejecución de una Eprom, un programa guardado en un chip grabable, y que era lo primero que se ejecutaba al conectar el ordenador. Este era el responsable de aquella pantalla negra, y del mensaje de Sinclair Spectrum.



Pero también era el responsable de activar la parte gráfica, y de verificar el teclado, y los demás componentes del sistema. También hacía que se cargara el interprete de Basic, que era el que permitía interactuar al humano con la máquina.

Con la evolución de los ordenadores, se fue complicando la cosa, ya que se añadían más y más componentes, y esta Eprom empezó a tener más responsabilidades, pero perdió algunas. Los ordenadores permitieron la carga de sistemas operativos, es decir, de diferentes interpretes entre la máquina y el humano. Esta Eprom se pasó a llamar Bios, y empezó a ser configurable, ya que se podían elegir configuraciones diferentes para sistemas distintos.

Esto hizo que el sistema operativo pudiera estar en una unidad de disco o en una de disco duro, la ventaja era que el disco duro era más veloz, y tenía mayor capacidad, y su vida media era mayor que la de un disco.



El arranque pasó a ser de esta forma, arranque Bios, que revisaba el funcionamiento de todo el hardware o piezas internas del ordenador, y que como último paso tenía la misión de pasar el control al sistema operativo.

Un inciso para recordar que durante muchos años los buses (el lugar donde se colocaban las tarjetas en el ordenador) iba cambiando poco a poco, y era necesario que estas partes fueran compatibles primero con la placa y luego tener un driver para el sistema operativo.

Una de las complicaciones más grandes era elegir el componente apropiado, pero esto se mejoró bastante con la invención del Plug and Play, una especie de compatibilidad que tenían que cumplir tanto las tarjetas como las placas base.

De esta manera, la Bios  chequea la memoria, las tarjetas instaladas, los chips dedicados, la parte gráfica, las unidades instaladas... y le pasa el testigo al sistema operativo, que es el encargado de poner a trabajar cada una de las partes del ordenador, y de gestionar que trabajen de una manera coordinada.



En los primeros ordenadores esto era relativamente sencillo, ya que el número de periféricos era pequeño, pero al tener tantos diferentes componentes, los sistemas operativos tienen que trabajar con muchos diferentes chips y componentes.



Una vez puesto todo a trabajar, se pasa el control al usuario para que arranque sus programas, vea su correo y no se preocupe ni de cómo funciona la pantalla, o el router, o el modem, o de como conectarse a internet.

Es decir, el sistema operativo hace que el usuario solo se preocupe de sus cosas, dejando que otro, se encargue del trabajo sucio.



Si arrancas un móvil, una tablet, o un Pc, es todo igual, se verifican los componentes, se carga el sistema operativo y se da el control al usuario... De hecho la mayor preocupación de todos los fabricantes es que el sistema tarde lo mínimo en arrancar, igual que las aplicaciones tienen que ser rápidas en arrancar y funcionar.




De hecho, algunas máquinas intentan mantenerse el mayor tiempo encendidas, para que la respuesta sea instantánea y la satisfacción máxima.

De echo el modo hibernación vuelca los datos del sistema a la ram (memoria física), para que al pulsar una tecla la revivas, es decir, vuelva todo a estar en el mismo estado en el que estabas justo antes de hibernar.


Por ello si no estas conectado a la corriente y lo dejas un día entero hibernando al final, se apaga y  pierdes el estado en aquel momento, ya que aunque gaste poco siempre gasta algo de energía en mantener esos datos hibernados.


Optimizando tiempos:

Desde siempre que he tenido un ordenador he mirado las posibles mejoras tanto en rendimiento como en velocidad. Cuando usábamos el MSDoS lo cierto es que poco o nada se podía hacer ya que el arranque era casi instantáneo.

Con la llegada de los diferentes Windows la cosa se ha ido complicando, y al querer los programas de terceros arrancar lo más rápido posible y querer estar en el inicio de tu ordenador la labor se fue complicando.

En Windows Xp por ejemplo, era necesario tener grandes conocimientos del registro del sistema para poder ir borrando entradas que ya no valían del mismo para mejorar el arranque, y con la llegada de las extensiones de este sistema el propio Microsoft y otras compañías nos dieron la opción de simplificar la tarea y borrar mejor algunas entradas del mismo.

Yo he visto registros en los que tras un año de uso la cantidad de lineas basura se contaba en miles y esto hacía que la cosas se complicara.

Pero hay más. Las mejoras en la velocidad de los discos, y el uso de memorias flash y usb como discos han hecho mejorar sensiblemente la velocidad de arranque ya que parte de la configuración se graba en estos dispositivos y la carga es inmediata...


Espero que os haya sido de utilidad...

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